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16 de noviembre de 2014. Venezuela. El parking de un hotel a las 21:30 de la noche...

Ahí comenzó lo que cambiaría mi vida por completo.

Acababa de llegar al hotel donde tenía una reserva y salí del coche comprobando que había cogido todo mi equipaje. En ese instante, el frio metal de un arma presionó mi cabeza mientras una voz me ordenaba que no me moviera.

No sé muy bien cómo describirte mi sensación en aquel momento: estaba en medio de un atraco, o peor aún, un secuestro. Mi corazón latía a mil por hora. Y mi cerebro iba todavía más rápido.

No sé el tiempo que me tuvieron tirado en el suelo. Solo llegué a contar hasta catorce pares de pies a mi alrededor, que me llevaron a un habitación y me ataron las manos con los pies. Imposible moverme. Nada.

Tumbado boca abajo y con el peso de la cabeza sobre la barbilla, lo único que podía hacer era pensar.

Nada bueno, claro. Solo dos ideas estallaban en mi cabeza:

  • Una: si me terminarían matando.
  • Dos: qué decisiones había tomado para verme en aquella situación.

 

Ya has deducido que me libré de la primera, pero la segunda me acompañó durante meses. Nunca encontré una respuesta, más allá de la casualidad de estar en el lugar equivocado en el momento justo.

Desde ese momento, me prometí que solo tomaría las mejores decisiones posibles para que algo así no volviera a ocurrir.

José David Fernández,

la persona que puede ayudarte con tu negocio

Foto José David Fernández - Consultor de modelos de negocio.

Pues sí, ese soy yo…

Ese mismo que ves en la foto. Y al que, para haber sobrevivido a un secuestro, no parece haberle tratado demasiado mal los años.

Vivo en Asturias y, como puedes imaginar, todos los días celebro seguir respirando. Me gusta la cerveza, salir a pasear con Mafalda (mi perra adoptiva) y tener buenas conversaciones. Pero si hay algo que siempre dice mi madre sobre mí, es que soy bastante austero.

Me gusta hacer algo de deporte, salir a volar, la historia y no tomarme la vida demasiado en serio.

También me gusta vivir.

Si a ti te gusta vivir y además quieres aprender y hacer más competitivo tu negocio deberías de escribirme.

También puedes no hacerlo, y seguir viviendo.

Por cierto, casi todos los días envío una idea a mis suscriptores para que sus negocios sean más competitivos. Día que pasa y no estás, consejo que te pierdes.

¿Que te apetece aprender nuevos conceptos? Escribes tu email y haces clic.

¿Que te cansas? Pues te sales con otro clic.

Los correos no tienen colores, fotos, ni nada que tenga menos personalidad que una caja de herramientas. Lo único que tienen son ideas, reflexiones, experiencias, consejos o artículos interesantes que descubro.

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¿Cómo puedo ayudarte?

Me dedico a la gestión de procesos y creación de nuevos modelos de negocios, simplemente porque se me da bien, me gusta y me puedo ganar la vida con ello. He descubierto que soy bueno:

  1. Analizando y adaptando modelos de negocio.
  2. Haciendo las cosas simples; haciendo fácil lo difícil.
  3. Comunicando los conocimientos.
  4. Tomando decisiones prácticas.

Te lo resumo: soy consultor.

Y eso está guay. Aunque otras cosas que hago no son tan guays.

Sueño y también tengo pesadillas. Aprendo y me equivoco. Tomo mis propias decisiones y también me olvido la luz encendida cuando salgo de la cocina.

Por eso, entiendo todo lo que puedes estar viviendo si sientes que tu proyecto no funciona como te imaginabas.

Mi objetivo es ayudarte a que tu negocio sea más competitivo y puedas ganar más dinero, y lo haremos profesionalizando su gestión.

Quiero que tengas tu propio modelo de negocio. El tuyo, no el de la competencia. El que lleve impregnado tu ADN. Ya es suficientemente difícil sacar adelante un negocio si además se parece muchísimo a la competencia.

Piénsalo, el mundo está lleno de negocios tímidos, flojos, sin alma. Negocios que, si los cambiaran por una planta, nadie se daría cuenta ni los echaría de menos. Y siempre suele haber un denominador común: copian todo lo que hace su competencia.

Copian precios, eslóganes, proveedores, el diseño del local… Copian casi todo.

Y, ojo, es normal porque piensan que, si otros lo hacen así, será que funciona. Pero, en realidad, son ciegos siguiendo a ciegos. A menudo, unos y otros acaban cayendo al hoyo. Y lo peor de todo es que centran esfuerzos en pequeños aspectos que no aportan nada de valor a sus clientes.

No ponen el foco en lo que de verdad importa.

¿Cómo crees que McDonald’s, Apple o Nike se hicieron grandes? ¿copiando todo lo que hacía su competencia?

Lo consiguieron porque tenían su propio modelo de negocio. Una personalidad e identidad única.

Y esto no está reservado a las empresas más grandes. Ellas fueron pequeñas alguna vez y, aun así, huyeron de modelos prefabricados. Se diferenciaron.

Seguro que tú mismo conoces pequeños negocios que funcionan muy bien, que no tienen problemas económicos y tienen ese «algo» que los hace especiales para sus clientes.

Pues yo quiero que dirijas en ese tipo de negocio.

¿Cómo he llegado hasta aquí?

Ha sido un viaje largo y con muchas paradas, pero te lo cuento muy brevemente.

Mi experiencia profesional siempre había estado ligada a la gestión, dirigiendo y gestionando proyectos en grandes empresas y multinacionales, que me llevaron a vivir además de en España, en Canadá y Venezuela.

Después de ese 16 de noviembre que antes te mencionaba, quería cambiar de aires. Quería dedicarme a hacer cosas que se me diesen bien, que me gustasen y donde poder elegir.

Abandoné la vida lujosa de las grandes corporaciones y decidí crear mi propio camino.

Fue entonces cuando hice un Máster en Administración y Dirección de Empresas (MBA). Tenía opciones como Stanford, Harvard, INSEAD o IMD; pero me decanté por IE. Era de primer nivel, (siempre está en el TOP 10 mundial) y me permitía vivir en España.

Volver a casa era otra prioridad. Llevaba ya unos cuantos años viviendo entre Norteamérica y Latinoamérica, y necesitaba reconectar con las raíces para empezar de nuevo.

En el máster aprendí los conceptos que ya me había enseñado la práctica de mi profesión: finanzas corporativas, marketing comercial, recursos humanos, análisis económico de países y muchas cosas más. Los profesores eran de alto nivel, así que no solo aprendí, sino que disfruté.

Y descubrí que lo que mejor se me daba era el análisis de procesos y generación de nuevos modelos de negocio. Por eso estamos tú y yo aquí.

Terminé el máster y monté mi propia empresa. Tener mi propia empresa y poder hablar contigo de tú a tú era algo que dentro de la multinacional no me era posible.

Ahora ayudo a otras personas a que sus negocios sean más rentables y prósperos y, además, soy consejero delegado de una empresa tecnológica de la que soy socio.

Así que no solo me dedico a ayudar a otras personas en sus negocios, si no que tengo el mío propio.

Por eso te ofrezco mi ayuda en gestión de procesos y creación de nuevos modelos de negocio. Porque se me da bien, me gusta y me puedo ganar la vida con ello.

Apariciones en medios. 

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