¿Te interesa aprender más sobre la cadena de valor de una empresa? Quédate conmigo, que hoy vamos a explorar algunos puntos interesantes sobre este concepto.
Antes de ponerme con la definición y entrar en aspectos más formales, déjame hacer una pequeña reflexión.
Si tienes una empresa pequeña, una PYME en la que trates de tú a tú con el consumidor, es muy importante que te centres en las actividades que aportan valor a tus clientes.
Puede que hayas pensado más de una vez en convertirte en hombre o mujer orquesta, dedicarte a todo lo que se te ponga por delante y abarcar lo que te propongan. Mucha gente piensa que así se ahorrará los costes de estas áreas diferentes, pero está poniendo en peligro su negocio.
Lo que debes trabajar, donde debes focalizar tus recursos, es en aquellos aspectos concretos que generen valor a tu marca. Lo demás, aquello que aporta menos a tus clientes, puedes externalizarlo.
Lo ideal es que busques a gente que te acompañe y te ayude en estas áreas, que por conocimientos o habilidades no vas a desarrollar de la manera más adecuada.
Estas actividades que vas a delegar se encuentran a través de la cadena de valor. Cuando se hace un buen análisis de la cadena de valor, podrás ver qué puntos son más importantes y cuáles menos, dónde se aporta valor real y dónde no.
Ahora sí, vamos a meternos de lleno en esto.
¿Qué es la cadena de valor de una empresa?
La cadena de valor es un proceso por el cual se analizan las fases por las que pasa nuestro negocio. Con esto, se encuentran las actividades que se desarrollan para alcanzar la propuesta de valor fijada.
Se trata de un sistema estratégico imprescindible para comprender tus ventajas competitivas, poniendo la atención en las actividades que llevas a cabo y cómo interaccionan tus clientes con ellas.
La idea es complementar a otras herramientas como el análisis DAFO. Cuando ya tienes la imagen completa después de esta revisión, la cadena de valor te ayudará a potenciar el aspecto interno de tu DAFO.
¿Para qué sirve la cadena de valor y su importancia?
Como vemos, la cadena de valor empresarial es una herramienta que te ayudará a analizar a nivel estratégico tu negocio. Con ella podrás identificar los fundamentos y actividades que te permiten tener una ventaja competitiva concreta.
Para esto habrá que desengranar todas las actividades de la empresa, y enlazarlas unas con otras.
Es decir:
Se pasa de la actividad A a la B, de esta a la C, y así sucesivamente, creando así la cadena de valor. Y en cada punto se va añadiendo valor al producto o servicio de tu negocio.
La importancia de este proceso reside en que te mostrará qué actividades son más valoradas por tus clientes. Así, podrás actuar más sobre estos ámbitos concretos, y separarte de aquellos que aportan menos valor.
Diferencia entre cadena de valor y cadena de suministro
Puede que al leer el concepto del que hablamos hoy hayas pensado en la cadena de suministro, algo que está ciertamente relacionado pero donde hay diferencias importantes.
Por un lado, la cadena de suministros trata esas actividades y operaciones que trabajan con la gestión de materiales, proveedores y otros aspectos de la producción. Su función es reducir las posibles pérdidas, enfocando la línea desde el punto de vista de la empresa.
Por otro lado, la cadena de valor pone el foco en el cliente. Aquí se analizan las actividades relacionadas con el producto o servicio que te permiten obtener una ventaja competitiva.
Como ves, ambas pueden complementarse e incluso coincidir en algunos casos, pero la clave está en el prisma desde el que se observa.
Componentes de la cadena de valor
La mejor manera de dividir los componentes de una cadena de valor de un negocio es en dos categorías principales: actividades primarias y actividades secundarias o de apoyo.
Ten en cuenta que te estoy contando esto de manera general, pero cada sector laboral tendrá sus propias actividades específicas.
Actividades primarias
La misión principal de estas actividades primarias es la de añadir valor a aquello que ofreces, creando una ventaja competitiva frente a los demás.
- Logística de entrada: Son las actividades relacionadas con la recepción, almacenamiento y gestión de los materiales e inventario.
- Operaciones: En este punto analizamos los procesos de un negocio para convertir la materia prima inicial en productos ya finalizados.
- Logística de salida: Aquí encontraremos todas las funciones que tienen que ver con la distribución del elemento final a los clientes.
- Marketing y ventas: Este componente maneja las estrategias establecidas para mejorar la exposición de la marca y la forma de llegar a los consumidores.
- Servicio postventa: En esta última línea se hace uso de la experiencia del público (atención al cliente, mantenimiento y reparación, etc) para mejorar lo anterior.
Actividades secundarias
Para estas actividades secundarias, el valor está en optimizar la eficiencia de los componentes primarios que antes comentaba. Cuando realizas una mejora en cualquiera de ellas, automáticamente lograrás una repercusión positiva en al menos una actividad primaria.
- Adquisición: Todas aquellas actividades que resulten en la obtención de las materias primas necesarias para trabajar.
- Desarrollo tecnológico: Los procesos de Investigación y Desarrollo ayudan a perfeccionar las técnicas y procesos que dan como resultado final el producto de tu empresa.
- Gestión de recursos humanos: El personal es una pieza clave en cualquier proceso, desde el diseño hasta la comercialización o la estrategia de tu negocio.
- Infraestructura: Aquí pondremos el foco en los sistemas de administración que rigen la empresa (contabilidad, control de calidad, finanzas, etc).
Cómo hacer una cadena de valor de una empresa
Para llevar a cabo el análisis estratégico de una cadena de valor, tendrás que plantear tres grandes bloques de trabajo.
El primero será descomponer todos los procesos y actividades de tu empresa. Cada uno de ellos debe analizarse profundamente: cuál es su función, cómo se realiza, qué recursos requiere… Y, sobre todo, qué valor aporta al producto final y al cliente.
Gracias a esto, podrás identificar los procesos que se incluyan en tus actividades primarias y de apoyo, ya sea de forma directa o indirecta.
El segundo bloque es analizar el entorno en el que se encuentra tu negocio.
En este sentido, es importante que tengas en cuenta algo:
Debes comprender que tu empresa forma parte de un sistema empresarial que, a su vez, forma parte de un mercado global; infinidad de empresas competidoras que tienen una relación concreta con cada uno de los elementos.
Por lo tanto, este análisis de la cadena de valor no solo se interesa por los procesos internos, sino por el conjunto de factores y agentes externos en los que se engloba la empresa.
Como parte del último bloque, tu función será la de identificar los vínculos principales entre todas las actividades previamente mencionadas. Así encontrarás diversas oportunidades que te permitirán aumentar el valor de tu negocio.
Con esto, conseguirás información muy valiosa con la que determinar los puntos fuertes y débiles de las diferentes etapas. Así podrás proponer acciones de mejora en diferentes ámbitos.
Ejemplo de cadena de valor de una empresa
Para terminar, vamos a ver un par de ejemplos de cadena de valor en empresas de servicios y de productos.
Empresa de servicios
Piensa en una aerolínea. Dentro de todas las actividades primarias y secundarias que existen, hay algunas que son más importantes para el cliente que otras.
Seguramente el espacio para las piernas en los asientos o la comida que se sirve en cabina tiene más valor que la empresa que traslada las maletas de la terminal a la bodega.
Te centrarás en este caso en la seguridad, ya que puede ser un buen punto en el que trabajar. El trayecto que se recorre y el tiempo de viaje son difícilmente mejorables, así que se debe buscar esta otra opción para diferenciarse.
Se ideará una manera en la que los vuelos sean más seguros y el viajero se sienta más protegido en su asiento.
Hacer espacios más grandes puede ser complicado, porque depende de la fabricación de los aviones, pero se puede probar a incluir un sistema de luces que relaje a las personas, un respaldo más acogedor u otras opciones que valoren los clientes.
Cuando se haya decidido, habría que implantarlo en algunos de los vuelos con más popularidad y mayor afluencia. ¿Cómo? Es sencillo:
Se elige un grupo de control y otro con las nuevas estrategias, y se indican los KPIs más importantes para ver si es un cambio positivo.
Empresa de productos
Ahora te llevo hasta una tienda de decoración en pleno centro de Madrid. De la misma manera, divide las actividades primarias y secundarias de todo el proceso de ventas.
Desde la recepción del mobiliario hasta el acompañamiento posterior a los clientes.
Cuando tengas la cadena de valor bien definida, identifica qué acciones son las más importantes para el cliente y cuáles suponen una ventaja. Digamos que en este caso se trata del trato al cliente, algo diferencial frente a las demás.
Tendrás entonces que potenciar esta fortaleza, para retener a los clientes habituales y atraer a los potenciales.
Por ejemplo, invirtiendo en cursos para los nuevos empleados sobre empatía, relaciones interpersonales y atención al público.
Cuando hayas puesto las estrategias sobre la mesa, es el momento de aplicarlas al día a día y, sobre todo, medir los resultados para ver si realmente funciona.
Acuérdate de elegir los indicadores y KPIs correctos (podrían ser “nuevos clientes” y “número de ventas”) para no caer en la saturación de información. Es un error bastante común, pero puedes evitártelo.
Conclusión
Ahora sí… ¡Llegamos al final! ¿Ha sido una sesión demasiado densa?
Espero que hayas podido formarte una idea más clara de lo que es la cadena de valor de una empresa.
En mi opinión, es una herramienta estratégica muy interesante y de la que puedes sacar mucho provecho, así que trabájala con inteligencia.
Y recuerda: estaré a tu disposición siempre que lo necesites. ¡Hablamos pronto!